Ante la violencia y el narcotráfico, los medios siguen siendo piezas clave para la defensa de la democracia en México
A pesar de las condiciones de riesgo en que se ejerce la profesión, la autocensura es el peor enemigo de los periodistas, aseguro el periodista y académico Sergio Aguayo Quezada quien, con cerca de 40 años de experiencia en el gremio periodístico, ha vivido muy de cerca lo que llamó "la transición inacabada" en México.
Al dictar la conferencia "México, ¿un Estado fallido? Los medios de comunicación ante la crisis y el narcotráfico", organizada por el Departamento de Periodismo y Comunicación, el también analista político y académico explicó que en ese país, se ha pasado de un estado totalitario (sin dictador, pero con un partido único), a una democracia fallida en la que si bien se ha logrado una mayor distribución de poder político entre diferentes partidos, también se ha desatado la violencia y la corrupción como consecuencia de que los cárteles del narcotráfico se adueñaran de más de la mitad del territorio nacional, llenado los vacíos de poder que ha dejado la falta de autoridades fuertes a nivel local y regional.
Una de las consecuencias de la redistribución de poder político fue la entrada de los cárteles de las drogas a esferas que antes le estaban vedadas en una serie de reglas no escritas, aseguró el profesor-investigador del prestigiado Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México (Colmex) ante estudiantes de periodismo que llenaron la Sala de Grados de la Facultad de Comunicación.
Explicó que durante años -desde finales de la II Guerra Mundial- se habían establecido reglas de juego que permitía la "convivencia" del poder y el narcotráfico. Entre ellas, el que las drogas se exportarían, los cárteles no se inmiscuían en la política, y por su parte, no eran los gobiernos locales sino el gobierno federal (México es una República de Estados Federados) era el único con poder para actuar en la guerra contra el narco.
Después de exponer algunos datos sobre la inequidad económica y social en México (el 50% de la población vive en la pobreza, pero también viven al menos 9 de las familias más ricas del mundo) así como sobre el poder que el narco ha adquirido en el país gracias a sus millonarios ingresos (40 millones de dólares de ventas anuales, con un margen de ganancia del 80%) y a la posesión de armas de alto poder, Aguayo Quesada aseguró que han sido los narcotraficantes "el grupo empresarial" que más se han beneficiado de los cambios estructurales y la globalización, infiltrándose en la política de los municipios y estados, llenando vacíos que deja la ausencia de autoridades fuertes a nivel local.
Ante esta nueva situación, Sergio Aguayo aseguró que los medios de comunicación continúan teniendo una función clave en la defensa de un estado democrático, aún cuando la situación sea tan peligrosa como en México, calificado por asociaciones de periodistas y la Human Right Watch, como el país más peligroso para los ejercer el oficio de periodista en América Latina. Por lo que, aquellos profesionales que pueden ejercer con tarea con cierta libertad, deben solidarizarse con aquellos que no están en las mismas condiciones.
Recordó que "los países no entran en bancarrota" por lo que en el caso de México también puede haber una solución aprovechando factores como su posición geopolítica (es vecino de los Estados Unidos) y la presencia de bases sociales muy fuertes.
Reconoció que vislumbra un país fracturado con zonas donde hay democracia fallida conviviendo con democracia floreciente. Por ello, explicó los periodistas que tienen espacios abiertos para desempeñar su tarea deben crear "islotes de resistencia" donde la defensa de los medios de comunicación es vital, haciendo uso de las nuevas tecnologías para establecer relaciones con periodistas del exterior para difundir una visión alternativa de lo que pasa en el país sin visiones triunfalistas.