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En 2020, todo el mundo se vio obligado a confinarse a causa de la pandemia, que desencadenó un cambio en las rutinas de las personas. Y es que el teletrabajo ha venido para quedarse, así como los estudios a distancia. 

En octubre de 2020, y tras intensos meses de desarrollo, se presentó en Montevideo la primera edición del curso 100% online “Construcción de ciudadanía en entornos digitales: desafíos y estrategias para educar a ciudadanías críticas, responsables y creativas“, destinado a docentes de todo Uruguay.

La importancia de comunicarnos a través de un lenguaje inclusivo de género radica tanto en la educación como en los medios de comunicación, que acaban siendo los altavoces y el reflejo de la sociedad. Éstos, validan las conductas y les dan sentido, siguiendo los estereotipos de género que ya están arraigados en nuestra conciencia. Además, ésta dinámica persiste en el tiempo porque éstos estereotipos son replicados y repetidos continuamente. Los medios de comunicación, como difusores de valores y promotores de alfabetización, deberían ser un motor y un ejemplo de buenas prácticas para la igualdad.

El mundo de la comunicación está en constante cambio, dentro de ello, lo está igual la industria periodística. Una ola de novedad y diversidad en cuanto a medios, públicos, formas de contar y de interactuar son el día a día del periodismo. Frente a esto, existe algo que no cambia, o por lo menos se espera que no. Se trata del valor social de la profesión periodística, y junto a ello, el compromiso del periodista de ser fiel a la realidad.

La desinformación es un problema real y en aumento. Frente a la expansión diaria y exponencial de bulos en la red, las personas nos vemos expuestas a creer e, incluso, a compartir contenido que puede resultar perjudicial en distintos niveles sociales. Sin embargo, aunque parezca que la ola de bulos nos supera, existen también ciertas herramientas creadas para combatirla. Muchas de estas son de acceso libre y son sin duda aliadas en la lucha del público contra la desinformación.

Los videojuegos se han ido instalando en nuestra cultura a paso presuroso. Estos se han transformado y mejorado gracias a los avances tecnológicos, dejando de ser solo herramientas de entretenimiento para convertirse en utensilios innovadores para la transformación social y económica. Esta tendencia en auge recibe el nombre de gamificación.

A medida que se presentan transformaciones en los contextos sociales, educativos y comunicativos, las personas se adaptan y responden a las demandas y desafíos adquiriendo nuevas habilidades y competencias.

Lo importante de estos avances, es que no implican dejar de lado u olvidar los conocimientos previos sino integrarlos para desarrollar mejores competencias.

La información se difunde en gran medida a través de las redes sociales, donde la inmediatez es fundamental para lograr ser los primeros en dar a conocer la noticia. Sin embargo, este método, junto con la crisis de los medios de comunicación, ha traído consigo algunos inconvenientes, pues no se dedica el tiempo necesario a contrastar y verificar las informaciones y los datos que nos llegan, de manera que se publica información que no es correcta. Si queremos hacer un periodismo de calidad, es muy importante tener bien interiorizada esta tarea.

La desinformación crece a pasos agigantados y asume diversas formas por todo el planeta. Tanto así que, situándonos solo en la Unión Europea y sin considerar a los contenidos falsos referidos al covid-19, como parte de compromisos asumidos con la Comisión Europea, las redes sociales han anulado millones de cuentas que esparcían contenidos falsos desde sus canteras durante el 2019.

Las clases online se están desarrollando a través de plataformas de videollamadas como Zoom, Google Meet, Jitsi Meet, Skype entre otras.

En esa búsqueda constante por dinamizar las clases y hacerlas memorables,  se ha visibilizado el interés por conectar con los y las estudiantes a partir de actividades en línea, fomentar la interacción y fortalecer competencias del Siglo XXI y habilidades para la vida.