Al igual que se extendió el virus del Covid-19 y la indignación por el Black Lives Matter, las teorías conspirativas se han viralizado por todo el mundo en sus diversas formas y ángulos, al gusto de quien la comparte y en una cantidad impresionante. El problema es que a pesar de que son desmentidas, las personas igual las comparten e incluso las defienden, ¿simple terquedad o es una conspiración internacional de un secreto grupo de ciudadanos a pie para desestabilizar al orden mundial y constituir un nuevo Estado? Ni es tozudez ni se trata de otra teoría conspirativa.