Idiomas
- Español
- English
El arte de desmentir bulos
La rápida democratización de la tecnología ha transformado la distribución e interpretación de la información. Cualquiera es capaz de hacer volar la opinión a través del teléfono móvil, hecho que dificulta la garantía de contenidos fiables y contrastados. Este contexto facilita la proliferación de fake news y los medios de comunicación han puesto en marcha sistemas de detección con el fin de contrarrestarlas.
Los métodos difieren según la organización, aunque el objetivo es común: desmentir noticias falsas y promover la transparencia periodística. Los más innovadores apuestan por protocolos basados en la Inteligencia Artificial (IA), con el fin de automatizar el proceso. Otros optan por la clásica verificación a cargo de periodistas que monitorizan el discurso público y emplean técnicas de verificación (fact-checking). El sistema mixto también es otra de las alternativas, que combina la verificación humana junto con la tecnológica. A continuación, desglosamos distintos recursos según el grado de automatización:
La Inteligencia Artificial como antídoto contra las noticias falsas
Un inmenso caudal de información circula por Internet a un ritmo frenético. Este mar de datos dificulta la tarea de la verificación, ya que difícilmente los humanos pueden navegar por cada uno de ellos. En este sentido, la Inteligencia Artificial aporta rapidez y eficiencia en la caza de noticias falsas.
The New York Times es una cabecera puntera en el uso de la IA para detectar fake news. El medio estadounidense está desarrollando The News Provenance Project, un proyecto basado en el blockchain, una de las tecnologías del futuro. Como el nombre indica, consiste en una cadena de bloques que permite a las audiencias rastrear el origen del contenido, en este caso, de las imágenes. Es una inmensa base de datos que contiene el historial de las transacciones ejecutadas en la red y que está distribuida entre varios participantes que almacenan una copia exacta de la cadena. Es decir, resulta casi imposible alterarla.
The Times está testando este tipo de IA en el fotoperiodismo, ya que las imágenes son altamente manipulables y circulan por la red sin control, pero el objetivo final es aplicarlo al periodismo a gran escala. Resulta muy útil para la atribución de responsabilidades, en un contexto de multiplicación de fake news. En este mismo ámbito se encuentra la herramienta de Google, Assembler, que permitirá la identificación de imágenes manipuladas o falsas. La plataforma, todavía en proceso experimental, será capaz de detectar distintos tipos de manipulación, desde un cambio de brillo hasta una suplantación de identidad (deepfake).
En el ámbito universitario también han surgido diversos proyectos que aprovechan el potencial de dicha tecnología, entre los cuales destaca el prototipo creado por la Universidad Politécnica de Valencia. Los investigadores han desarrollado un sistema llamado MISMIS-FAKEnHATE, que permite detectar noticias falsas y mensajes de odio en redes sociales a partir de la Inteligencia Artificial. El procedimiento se basa en un análisis automático del lenguaje y de las emociones subyacentes de los textos. La IA no solo es capaz de discernir emociones básicas, sino también de detectar lenguaje agresivo y mensajes de odio que corren por las redes. Para monitorizarlos automáticamente, el equipo extrae términos y patrones lingüísticos del conjunto de datos recopilados.
Las fake news son un fenómeno extendido por toda Europa y, por esa razón, la Unión Europea se ha unido a la lucha y ha financiado el proyecto FANDANGO. El objetivo es agregar y verificar datos de noticias, fuentes de medios, redes sociales y datos abiertos, con el fin de detectar noticias falsas y proporcionar una comunicación más eficiente a los ciudadanos. El big data es almacenado en una plataforma basada en la tecnología Data Lake, que recopila grandes cantidades de datos en bruto para analizarlos con herramientas de IA y así revelar noticias falsas o engañosas.
Plataforma Data Lake de FANDANGO
Verificadores basados en lo mejor de cada inteligencia
La migración hacia sistemas basados en Inteligencia Artificial todavía no ha culminado en todos los medios de comunicación y verificadores independientes. Algunos de ellos completan el trabajo manual junto con sistemas de IA, con tal de agilizar el proceso.
Este es el caso de la organización británica de fact-checking, Full Fact, que está desarrollando herramientas de verificación automatizadas para ser utilizadas en salas de redacción de todo el mundo. El proyecto se divide en dos ramas: Trends i Live. La primera registra cada repetición de un dato incorrecto, para así detectarlo y conocer quien está detrás del reclamo engañoso.En cambio, Live detecta declaraciones que aparecen en los subtítulos televisivos y que ya han sido comprobadas con anterioridad. Automáticamente, muestra los artículos más recientes acerca dicha información. Asimismo, detecta afirmaciones que no han sido contrastadas para llevar a cabo su verificación.
Herramienta Trends de Full Fact
Herramienta Live de Full Fact
En España, la startup de fact-cheking fundada por la periodista Ana Pastor, Newtral, también se está poniendo manos a la obra en la concepción de sistemas basados en IA. Por el momento, se desconocen los detalles, ya que en la web solo afirman que han puesto en marcha una línea de investigación basada en protocolos de Inteligencia Artificial.
Por otro lado, encontramos medios de comunicación que emplean herramientas para facilitar la detección de fake news a los usuarios. El buscador Décodex es una iniciativa del rotativo francés Le Monde que permite consultar la veracidad de la información en cuestión. Otra tipología es la extensión web que ha creado el fact-checker Maldita.es, que alerta a los usuarios cuando consultan una página poco fiable.
El tradicional fact-checking humano
La monitorización del discurso público y la verificación de datos son tareas intrínsecas en cualquier periodista, aunque han proliferado los medios dedicados exclusivamente al fact-checking. La Inteligencia Artificial no tiene presencia en este bloque, sino que los profesionales desgranan los mensajes a partir del periodismo de datos, el contraste de fuentes y la consulta de bases de datos oficiales.
Las agencias de noticias, encargadas de recopilar noticias y distribuirlas a sus abonados, no es de extrañar que cuenten con una ramificación dedicada a la verificación de datos. Un ejemplo es la Agencia EFE y su servicio EFE Verifica, que analiza tanto el discurso político, como los contenidos virales para comprobar si se ajustan a la realidad. Su caso es extrapolable a la labor de Agence France-Presse, que ha puesto en marcha un blog para dar respuesta a la multiplicación de la desinformación. En la misma línea, medios de gran reputación como The Washington Post también se han volcado en el fact-checking.
Dejando a un lado las unidades creadas por los medios de comunicación para la verificación, también encontramos grupos independientes especializados en este ámbito. Es el caso de Verificat, la primera plataforma de fact-checking de Catalunya. Se trata de un proyecto que combate la desinformación proveniente de bulos que circulan por redes sociales, así como la difundida por políticos.
Alfabetización para despertar el sentido crítico de la ciudadanía
Es posible establecer una última clasificación al margen de la Inteligencia Artificial y el fact-checking: la alfabetización mediática. La promoción de un buen uso de la tecnología y de un consumo consciente de la información permite a los usuarios estar un paso por delante de las fake news.
Indicadores de confiabilidad
En este sentido, han aparecido distintas propuestas que velan por ello. Una de las más destacadas es The Trust Project, un consorcio internacional de medios que lucha contra las noticias falsas y busca potenciar la transparencia y credibilidad del periodismo. Los periódicos españoles El País y El Mundo están adheridos a esta iniciativa.
A partir de entrevistas en profundidad, el proyecto establece un conjunto de indicadores de confiabilidad, que ofrecen información sobre el medio, el periodista y los compromisos ocultos detrás de cada historia. De este modo, se facilita al lector la identificación de noticias fiables. Además, cuenta con socios externos, como Google, Facebook o Twitter, que tienen en cuenta los indicadores para posicionar los contenidos de manera más favorable. Es decir, es una vía para restar relevancia al clickbait y esquivar el algoritmo de las plataformas digitales.
Atresmedia también se ha sumado a la voluntad de fomentar el sentido crítico de los usuarios. En 2019 puso en marcha la campaña Levanta la Cabeza, que promueve el uso responsable de la tecnología. Cuenta con distintas líneas de acción, como la ciberseguridad, las fake news o la tecnología en manos de los jóvenes. Además de ofrecer información, también ha creado una plataforma que sirve de punto de encuentro para resolver dudas y reflexionar.
La infodemia se propaga a gran velocidad y para remediarla encontramos Infopirina, “un remedio natural basado en los principios activos de la alfabetización mediática y el pensamiento crítico”, tal como se describe en su web. Según la iniciativa, la falta de espíritu crítico, las noticias que incitan al odio y los datos manipulados interesadamente son los principales síntomas de la desinformación. Para prevenirla, receta una buena dosis de remedios y consejos.
Escrito por Claudia Mallia.