Eduardo Mendoza reivindica la pasión por leer y escribir, durante la última jornada del I Congreso de Comunicación y Educación

“¿Sirve de algo leer, aparte del entretenimiento? ¿Qué es lo que proporciona la lectura? Todos los conocimientos que adquirimos, la noticia que nos trae la crónica periodística, o nuestra experiencia en un viaje, o lo que vemos en la televisión, todo eso, son experiencias fragmentarias y momentáneas, que tienen su tiempo y su espacio. Solamente la literatura les da un hilo conductor y las sitúa en el tiempo. Hace que todo transcurra como las cosas en nuestra vida, que además lo hacen de una manera inconsciente”. Con estas palabras, el escritor Eduardo Mendoza definió la literatura, reflexionó sobre lo imprescindible que resulta el relato, y al mismo tiempo, reivindicó la pasión por  leer y escribir
El ganador del premio Planeta 2010 de Novela impartió la conferencia magistral “Leer y escribir”, el viernes 13 de mayo, en el primer Congreso internacional de Comunicación y Educación, organizado por el Gabinete Comunicación y Educación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y Mentor Association. 
El  autor del galardonado libro “Riña de gatos” fue presentado por Ramon Miravitllas, profesor asociado del departamento de Periodismo de la UAB, realizador y conductor del programa La Nit de COMRàdio. Miravitllas calificó la presencia del escritor como “un acto de subversión” que “va a contracorriente de ese mundo en el que el lenguaje ya no es lo que era, porque nos lo han secuestrado los puritanismos, los partidismos y la corrección política”. 
Eduardo Mendoza, quien impartió su conferencia ante más de 250 estudiantes, académicos y público en general, abordó además las razones del escaso tiempo que hoy se dedica a leer: “Yo no creo que la gente no lea. Sí es verdad que hay una cierta tendencia, no creada por el mercado, sino por una cierta vaciedad propia de los tiempos, de que la gente considera que leer es algo accesorio. Pero el problema no está tanto en los usuarios de la lectura, sino en los promotores. En la escuela, en la enseñanza, la asignatura de literatura es algo avergonzante”, replicó sobre la tendencia a presentar la literatura como una asignatura para entretenerse, en lugar de una materia sobre la que hay que saber.    
Menos “donuts” y más “verduras”
Un requisito para adentrarse en el mundo de la literatura –según el escritor- es no dejarse llevar por la pereza, a la cual calificó como “un invento del siglo veinte”. “Renunciar por pereza es un fenómeno relativamente nuevo, de la misma manera que si a la gente se le deja, se alimentaría de donuts,  si es que no les gusta la verdura.  Hay que hacer un esfuerzo. (…) Con la literatura hay que dejar el donuts intelectual, que son estos juegos que en lugar de ser un relato, simplemente funcionan con un mecanismo de estímulo y respuesta. No digo que no se pueda jugar a eso, pero hay que superar el donut”, ilustró. 
Tras su intervención, el autor respondió a las preguntas del público, las cuales versaron sobre el papel del humor en sus libros, las fórmulas para incentivar el hábito de la lectura en los niños, y respecto de su vocación por la escritura. Sobre esto último explicó: “Yo no lo descubrí, descubrí que ya lo tenía. Me encontré leyendo y escribiendo. Nunca pensé que me fuera a ganar la vida como escritor. Me gustaba y escribía. No hay ni una decisión, ni se abrió el cielo un día y vi una luz: ya estaba allí”, concluyó.
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