El informe PISA, al medir las habilidades de los estudiantes de quince años, trata de evaluar los sistemas educativos de los diferentes países. Y de fomentar –siempre según sus autores– el interés público por la educación y la consiguiente mejora de las políticas educativas. Pero ¿es realista evaluar un sistema educativo tomando como único indicador estas habilidades cognitivas de los estudiantes?