Existe un gran malentendido con la creatividad. Unos piensan que para ser creativo hay que ser artista, otros limitan la creatividad a lo estético, la publicidad o el marketing, e incluso hay quien cree que sólo puede ser creativo alguien que ha estudiado, pero también están quienes lo fían todo a una espontaneidad ajena a cualquier formación. Nada de eso es cierto: la posibilidad de llevar una vida creativa está al alcance de todos.