Una tesis doctoral de la UAB sobre Activa’t de Cibernàrium cuestiona el uso del tiempo y los objetivos del programa

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La tesis "Alfabetización Digital y Actitudes hacia las TIC desarrollada por Gisella Torres, cuya nota fue Cum Laude y recibió el título de doctora por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), se propuso  analizar las actitudes hacia las TIC de adultos en un programa de formación en Alfabetización Digital.

De acuerdo con los testimonios, las principales demandas son de contenidos más prácticos y mejor distribuidos. “Ellos no critican la cantidad de información, sino que están demandando una diferente distribución en el tiempo”, dice Gisella Torres. Otro requerimiento de los participantes es aclarar los objetivos del programa. “Por eso en la parte de unidad administrativa se demandó comunicación eficaz y realista”, agrega.

Esto en el marco del análisis del programa Activa’t per l’ ocupació de Barcelona Activa, la agencia de desarrollo local del Ayuntamiento de Barcelona. El programa cuenta con un grupo de formadores que son estudiantes del Máster de Comunicación y Educación, organizado por el grupo de investigación Gabinete de Comunicación y Educación de la UAB.  

La investigación doctoral, cuyo estudio de campo se realizó en 2010, consideró a los asistentes a las clases, quienes eran personas en el paro que recibieron clases de temas como el uso del teclado y el ratón, la creación de correo electrónico y el uso de los portales para buscar trabajo por Internet. El trabajo implicó encuestar a 170 personas asistentes al programa, realizar entrevistas en profundidad, además de articular tres grupos de discusión con más de 20 personas y observar algunas las clases. 

- ¿Cuáles son las ventajas de un programa de formación como el que usted  investigó?

“Cumple dos funciones. En primer lugar dar acceso a las TIC, pues las provee físicamente. Pero lamentablemente esto no quedaría ahí. Debe haber un segundo elemento, que es la capacidad de utilización. Las personas utilizan las TIC siempre y cuando encuentren un beneficio. Si se ignora algo no se puede saber para qué sirve y para qué no. Entonces, allí está la labor del programa de formación. El programa debe brindar las competencias para que la persona esté capacitado de decidir qué sirve y qué no”.

- ¿Cuáles son los aspectos a mejorar?

“Yo no he hecho una evaluación del programa. No puedo decir que está bien o mal, porque no he usado herramientas para evaluarlo, pero sí la metodología debería evaluarse. Una persona asiste una cantidad de horas asignadas y luego se va. Eso no quiere decir que se ha cumplido el objetivo. Habría que ver si se consiguió el objetivo, si se superaron las expectativas. Por eso, en mi tesis, en las recomendaciones para futuras investigaciones y sobre la base de la ‘fotografía’ que tengo del programa, de las actividades y de las demandas de las personas propongo elaborar un plan, aplicarlo, evaluarlo y comprobar”.

Expectativas

- A partir de los testimonios que consiguió entre los beneficiarios, ¿cuáles son las recomendaciones que se pueden  plantear?

“Lo que ellos demandaron. En cuanto a contenidos, que sean bastante prácticos.  Eso tendría que ver con la metodología de enseñanza y del aprendizaje. Cada contenido debe utilizar diferente metodología. Si necesitan memorizar terminología como hardware, software y pantallas, eso requiere de una metodología muy lúdica y con imágenes para que la persona comience a activar la memoria. Pero cuando necesitan otro tipo de aprendizaje como llenar un formulario, esto es ya más de práctica. El problema es, que en el bloque, hay muchos factores que determinan que la clase se haga de cierta manera: la metodología del formador y el tiempo establecido por el currículo, donde la mayoría de los alumnos percibió que era muy poco el tiempo para mucha información (…) Hay testimonios que comentaban que al salir de la clase tenían la idea que no habían aprendido nada. Eso es negativo, porque se ha logrado que esa persona vaya al programa, se invirtieron recursos y luego sale con esa sensación. Creo que  se puede evitar”.

 -¿Cómo vio el tema de las expectativas con las que llegan los participantes a las clases?

“No tenían claro a qué iban. Estaban ahí porque se tenían que formar en TIC, pero su principal objetivo era la búsqueda de empleo. Si hubiesen tenido empleo no habrían asistido al programa. Ése es un problema fácil de resolver, clarificarles: ‘Hoy aprenderemos a usar el ratón, el correo, y para qué sirve Internet’. Por ejemplo, muchas veces  en clases comenzaban a llenar el curriculum y el tiempo no alcanzaba y salían de la clase y no sabían qué habían hecho”.

 

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