La economía social en el Magreb. La situación de Marruecos y Túnez

La Economía Social, esa forma de crear y poner en marcha empresas que trata de integrar valores como la cohesión social, el predominio de las personas frente a los capitales financieros y la conciencia solidaria con el entorno, tiene también su ámbito de actuación y desarrollo en países de la esfera del Magreb como Marruecos y Túnez.

De este modo, en esta publicación se recogen diferentes informes, realizados por expertos de estos países magrebíes, orientados a analizar cómo se efectúa esta tarea de generación de riqueza social bajo diferentes situaciones como la escasez de recursos, la falta de interés a nivel económico o la desestructuración demográfica rural/urbana crónica.

Bajo una actuación proporcionada por las empresas que actúan bajo los principios de la Economía Social, que considera clave la actividad local y la generación de riqueza comunitaria, se describen los actores que intervienen en estos dos países que, aunque con características comunes de aplicación, orientan sus acciones a diferentes grupos objetivo y modus operandi. Por ejemplo, mientras que en Túnez se aporta cobertura social a colectivos desfavorecidos (tercera edad, mujeres, etc.) y se desconocen la fórmula organizativa empresarial de las cooperativas, en Marruecos sí que se conocen dichas organizaciones de emprendedores, y se opta por generar renta de un modo general, que luego deberá ser gestionada en pos de la mejora de la vida de las poblaciones más necesitadas.

Se observa también que en Túnez el concepto de Economía Social es novedoso, pero que en Marruecos es algo reconocido a nivel político y social.

No obstante, hay que señalar que la propia dimensión de las empresas de Economía Social -pocos empleados y con un ámbito de actuación muy ligado a lo local- resulta un aspecto que se debe mejorar por parte de sus gestores, de cara al diseño de políticas y medidas concretas que puedan ayudar a solucionar sus problemáticas.

Hablar de Economía Social en el Magreb es hablar de desarrollo local, de creación de empleo, de emprendedores, de prestación de servicios sociales básicos o de inserción de personas que se encuentran en exclusión social. Este documento, que recopila dos informes elaborados por expertos de Marruecos y Túnez durante el año 2007, nos ofrece una "fotografía" de la situación de la Economía Social en estos dos países Magrebíes.

Ambos estudios coinciden en abordar el análisis de la Economía Social desde su contribución a la lucha contra la pobreza, o dicho de otra manera, como un actor generador de riqueza y de capital social en áreas con escasos recursos, como por ejemplo las zonas rurales o las zonas urbanas desestructuradas. Es en estas regiones donde a veces ni los servicios públicos, por falta de medios, ni el inversor privado, por falta de interés, pueden actuar para resolver las carencias de sus habitantes, siendo la Economía Social una de las pocas alternativas para generar un desarrollo y un tejido productivo endógeno.

Esta capacidad de creación de riqueza en territorios que ofrecen pocas oportunidades de vida a sus habitantes, se debe a que las empresas y entidades de la Economía Social surgen siempre de la iniciativa de un grupo de personas de un territorio concreto para gestionar un proyecto económico de manera colectiva. El objeto de este proyecto es resolver un problema compartido por el grupo de personas que, generalmente, tiene que ver con el empleo, con el acceso a un servicio de interés general (acceso al agua, cuidados sanitarios, la educación, la vivienda, el acceso al crédito, etc.) o la atención y cuidados a colectivos, como las mujeres, las personas con discapacidad o los jóvenes, que se encuentran en una situación desfavorable.

El Plan Director de la Cooperación Española 2005-2008 identifica por primera vez a la Economía Social como una de las prioridades de la política española de cooperación al desarrollo a favor del incremento de las capacidades económicas de los países beneficiarios. Con los dos estudios que se incluye en esta publicación se pretende, además de conocer la situación general de la Economía Social en ambos países, comprender el papel que juega en el desarrollo económico y social de Marruecos y Túnez.

De manera general, es preciso indicar que los informes ponen de manifiesto que los actores de la Economía Social de ambos países tienen como objetivo básico atender y dar cobertura a las necesidades de las capas sociales más necesitadas. Sin embargo, y aun a riesgo de caer en generalizaciones, las estrategias sobre cómo abordar esta misión varían de un país a otro. Mientras la Economía Social tunecina se centra en llevar a cabo actividades que pretenden aportar cobertura social a determinados colectivos, como las personas con discapacidad, la tercera edad, las mujeres, los jóvenes o los habitantes de regiones subdesarrolladas, ...etc., en Marruecos se pone el acento en el emprendimiento de actividades generadoras de renta como mecanismo para que la propia sociedad civil mejore las condiciones de vida de las poblaciones más necesitadas. Este objetivo, mejorar la calidad de vida de las personas, es compartido por la acción de la economía social en ambos países, a pesar de las diferencias en sus formas de actuación. Diferencias que se escenifican en que, por ejemplo, las cooperativas de Marruecos, como empresas de iniciativa privada que se gestionan de acuerdo con criterios solidarios, tienen un papel relevante en la Economía Social junto con el movimiento asociativo ciudadano. Por el contrario, en Túnez la fórmula cooperativa se desconoce debido al fracaso de un modelo de implantación de cooperativas promovidas desde el Estado durante los sesenta. La fórmula de sociedad cooperativa no tiene mucho desarrollo en Túnez fuera del sector agrícola, siendo las mutualidades y las asociaciones de desarrollo las grandes protagonistas de la Economía Social en este país. A pesar de ello, en ambos casos las alianzas con el movimiento asociativo ciudadano supone una estrategia natural del desarrollo.

También se pone de manifiesto que el concepto de Economía Social es muy novedoso en Túnez, mientras que en Marruecos cuenta con un reconocimiento político y social que se plasma en que la Economía Social es un actor llamado a ejecutar las políticas de desarrollo social del país y cuenta con un departamento público dentro de la Administración Marroquí encargado de dar coherencia a la política estatal de fomento de la Economía Social.

La Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), la Oficina de Desarrollo de la Cooperación (ODCo) de Marruecos y la Unión Nacional de Cooperativas Agrarias Marroquíes (UNCAM) así como la Unión Nacional de Mutualidades (UNAM ) de Túnez trabajaron conjuntamente durante el año 2007, gracias al apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), en la elaboración de estos informes que se enmarcan dentro de un proyecto cuyo objetivo final fue el de hacer un diagnóstico que ayude a conocer las necesidades de los actores de la Economía Social e identificar directrices o ámbitos en los que es imprescindible actuar para reforzarla.

Debe tenerse en cuenta que las empresas y entidades de la Economía Social suelen ser de pequeño tamaño y actúan en el ámbito más local, lo cuál les impide contar con recursos humanos, técnicos y financieros para, por un lado, poder coordinarse para hacer visible su contribución al desarrollo de sus países, y también para promover medidas concretas que respondan a las necesidades reales de este aún desconocido nuevo actor económico y social.

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