Entrevista a Tejedor en aulaPlaneta: “Los estudiantes quieren aprender explorando, buscando, creando y viviendo”

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Santiago Tejedor, coordinador general del Gabinete de Comunicación y Educación, ha comentado el valor que tienen las metodologías innovadoras como la flipped classroom o el aprendizaje basado en proyectos para satisfacer las necesidades creativas de estudiantes que "quieren aprender explorando, buscando, creando y viviendo". Así lo ha afirmado en una entrevista publicada por la plataforma de contenidos aulaPlaneta

Experto en la Web 2.0, Tejedor ha publicado la Guía de tecnología, comunicación y educación para profesores y es coordinador general del Máster en Comunicación y Educación. Para él, el alumno debe convertirse en una suerte de "arquitecto de las ideas", lo cual le obliga a documentarse y "aplicar las etapas y las metodologías que le conducirán a la producción de un proyecto o producto real y propio", entre otros aspectos.

A continuación citamos la entrevista, previamente publicada en aulaPlaneta.

aulaPlaneta: ¿Qué puede aportar el uso de nuevas metodologías como la flipped classroom o el aprendizaje basado en proyectos a la educación?

Santiago Tejedor: La flipped classroom o el aprendizaje basado en proyectos son dos excelentes apuestas. Innovadoras, por un lado. Y capaces de explotar las posibilidades pedagógicas del nuevo ciber-escenario, por otro. La primera "gira" la clase tal cual la hemos conocido en los últimos años... En la flipped classroom, el estudiante lee, se documenta, estudia en casa, en la biblioteca... a partir de unos materiales facilitados previamente por el docente (quien los selecciona y organiza según los objetivos de su clase, asignatura, temario). Después, en el aula, acompañado del profesor y de sus compañeros, reflexiona, debate, comenta lo estudiado. Se resuelven dudas, se plantean interrogantes, se comparten puntos de vista. Y, en definitiva, se aprovecha más y mejor el tiempo lectivo. Los alumnos aprenden haciendo y viviendo, pues el aula se convierte en un escenario de intercambio real donde se reflexiona sobre cuestiones y temas relacionados con la vida académica, pero también con el día a día más cotidiano de los estudiantes. ¿Y el profesor? El profesor recupera ese rol ancestral de guía, acompañante, tutor, coach (asesor) y también, por qué no, de alumno. Todos aprenden juntos, y juntos construyen un conocimiento que al ser un producto coral reúne una gran riqueza, posee un gran impacto entre el alumnado y presenta una legitimidad intachable. Los alumnos defienden que es algo suyo, que ellos han creado tras pensar y repensar sobre ello.

El aprendizaje basado en proyectos responde igualmente a un cambio de planteamiento. De nuevo, el aula es un espacio dinámico, activo e interactivo de ideación, creación, evaluación e intercambio de iniciativas. El alumno debe convertirse en una suerte de "arquitecto de las ideas". Esto le obligará a documentarse previamente, a diseñar al detalle los planos de su "edificio" y, en último término, a conocer y aplicar las etapas y las metodologías que le conducirán a la producción de un proyecto o producto real y propio.

Se trata de un escenario donde los procesos y las metodologías se reinventan recuperando prácticas innovadoras y otras de hace ya unos siglos. La importancia del diálogo platónico y la búsqueda continuada de interrogantes deben de estar presentes en estas dinámicas de búsqueda de recursos en la Red y, especialmente, en la valoración, utilización y revisión de los mismos. Son tiempos de diálogo. Son tiempos de crear. Los estudios apuntan un dato revelador: un alumno recuerda el 90% de lo que explica con sus propias palabras y hace por sí mismo. Son tiempos de acción y de reflexión como compañeras inseparables del viaje educativo. Los estudiantes quieren aprender explorando, buscando, creando y viviendo.

¿Qué ventajas ofrecen al alumno?

Se trata de planteamientos que se adaptan perfectamente a las características definitorias del nuevo perfil de estudiante. Este tipo de dinámicas permiten que el alumno se convierta y se sienta el auténtico protagonista del proceso formativo. Les corresponde investigar y encontrar las respuestas. Son autores de proyectos, de productos... Y en esas creaciones no solo aprenden aspectos técnicos sino que reflexionan sobre cuestiones vinculadas con la responsabilidad en el uso de las TIC, la ética, la privacidad, los derechos de autor y la propiedad intelectual, y numerosas cuestiones vinculadas con su día a día.   

¿Qué debe tener en cuenta el docente a la hora de aplicarlas?

El docente debe ser consciente de su decisiva importancia en este tipo de procesos. Gran parte del protagonismo se desplaza hacia el alumnado. Estos trabajarán por separado o en equipos. Sin embargo, este trabajo lo llevarán a cabo a partir de las instrucciones, las indicaciones, los consejos, las recomendaciones y la asesoría del docente. El profesor desempeña un papel crucial e imprescindible. A él corresponde determinar las normas de trabajo, las reglas del "juego", los límites del escenario, etc. Por ello, es decisivo que lleve al aula contenidos y plataformas contrastadas, de calidad y útiles para sus estudiantes, que le permitan introducir nuevos métodos pedagógicos más participativos. ¿Cómo identificarlos? El profesor deberá buscar aquellos entornos digitales y aquellos contenidos que le ofrezcan autonomía y capacidad de personalización. Existen muchos recursos por separado. El reto es conseguir su convergencia. En este sentido, entre las pocas iniciativas de éxito en este ámbito, destaca aulaPlaneta. Al ser una herramienta que permite adaptar la programación de las clases e incluir y generar recursos, el profesor sigue manteniendo su control sobre los procesos y continúa definiendo el qué y el cómo. Son pocas las experiencias que han logrado ensamblar con éxito productos que hagan converger modularidad, personalización, naturaleza multimedia y carácter interactivo, y esta es una de ellas.

¿Cómo contribuyen las TIC al desarrollo de estos nuevos métodos?

Las TIC son decisivas en los nuevos métodos de aprendizaje. Nos referimos a aprender "con" la tecnología e, igualmente, a aprender "de" la tecnología. La educación se ha visto impactada por el desarrollo de unas tecnologías ideadas para apoyar a alumnos y a profesores. Las noticias son, ante todo, positivas: nuevos contenidos, nuevas herramientas, nuevos entornos digitales de trabajo, nuevas metodologías... Se trata de un escenario plagado de oportunidades. También, de algunos retos y algunas problemáticas que acompañan a las TIC y, especialmente, al mal uso de estas. Dar la espalda a este nuevo escenario sería negar una evidencia demasiado extendida, demasiado consolidada y demasiado necesaria. No obstante, la raíz latina del mágico verbo "educar" nos recuerda que se requiere un guía, un orientador, un asesor. Éste es el profesor. Imprescindible. E insustituible. Pero hoy con un nuevo reto: aprovechar las ventajas, las oportunidades y los nuevos horizontes que inauguran estos aparejos educativos. Asistimos a un proceso colaborativo, interactivo y plural de acceder, integrar y generar conocimiento. Los alumnos adquieren un mayor rol de participación. Los docentes reinventan el suyo. Y así, se cumple más que nunca esa máxima que decía: "El futuro no nos pertenece. El futuro lo construimos nosotros".

Imagen principal: www.santiagotejedor.com

Imagen interior (1): Jose Vicente Jimenez en Flickr (Licencia CC).

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